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EMDR – Traducido como: Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares es un abordaje psicoterapéutico en el tratamiento de las dificultades emocionales causadas por experiencias difíciles en la vida del sujeto, desde fobias, ataques de pánico, muerte traumática y duelos o incidentes traumáticos en la infancia hasta accidentes y desastres naturales.

En 1987, Francine Shapiro, psicóloga norteamericana, descubrió que los movimientos oculares voluntarios reducían la intensidad de la angustia de los pensamientos negativos. Inició una investigación (Shapiro, 1989) con sujetos traumatizados en la guerra de Vietnam y víctimas de abuso sexual para medir la eficacia del EMDR. EMDR reducía de manera significativa los síntomas del Trastorno por Estrés Post Traumático en estos sujetos.

En el proceso con EMDR, el terapeuta trabaja con el paciente para identificar un problema específico que será el foco del tratamiento. El paciente describe el incidente traumático, a partir del cual es ayudado por el terapeuta para que seleccione los aspectos más importantes y que más lo angustian de dicho incidente. Mientras el paciente hace movimientos oculares dirigidos por el/la terapeuta (o cualquier otra estimulación bilateral) le vienen a la mente otras partes del recuerdo traumático u otros recuerdos. El terapeuta interrumpe los movimientos oculares cada tanto para asegurarse que el paciente esté procesando adecuadamente.

La estimulación bilateral puede ser: a) visual (el paciente mueve los ojos de un lado al otro guiado por el terapeuta); b) auditiva (el paciente escucha sonidos alternados en ambos oídos) c) kinestésica (el terapeuta golpetea suavemente y en forma alternada sobre las manos o los hombros del paciente). Esto facilita la conexión entre los dos hemisferios cerebrales logrando el procesamiento de la información y la disminución de la carga emocional.

El objetivo es que el paciente procese la información sobre el incidente traumático, llevándolo a una “resolución adaptativa”. En las palabras de Francine Shapiro, esto significa: a) una reducción de los síntomas; b) un cambio en las creencias y c) la posibilidad de funcionar mejor en la vida cotidiana.

La palabra trauma deriva del griego y significa “herida”. El trauma es una “herida psicológica” que puede ser provocada por variadas situaciones. Por ejemplo, cuando oímos hablar de traumas lo asociamos a problemas originados por grandes desastres naturales o aquellos causados por el hombre, como guerras, accidentes, abusos, etc. Los especialistas los denominamos Traumas con “T” por la gran magnitud de sus causas. También existe otra categoría de traumas con “t”, cuyo origen está relacionado con hechos, aparentemente, de menor importancia.

Sin embargo, la importancia de las causas del trauma no determina la calidad del daño que éste produce. Puede ser tan dañino un “Trauma” como un “trauma”, porque sus efectos dependerán de cada persona, de su historia y entorno afectivo, del momento en que se haya producido y de su reiteración a lo largo del tiempo. El trauma, no importa su origen, afecta de tal manera la salud, la seguridad y el bienestar de la persona, que ésta puede llegar a desarrollar creencias falsas y destructivas de sí misma y del mundo.

Estas creencias pueden estar referidas a su persona: “soy un incapaz, soy miedoso, estoy indefenso, soy malo, no me quieren”; o a otro aspecto en particular: “soy incapaz de ser buen alumno; de cumplir mis horarios; de hablar en público, no sirvo para escribir, no debo ser exitoso”. Estas creencias interfieren y dificultan su conducta. Cuando estamos amenazados por un peligro emocional o físico nuestro sistema nervioso está preparado para reaccionar ante el peligro, de modo que la circulación de la sangre es dirigida a los órganos vitales, el corazón late más rápido, aumenta el ritmo de la respiración, los músculos se tensan, y se agudiza un estado psicológico de alerta, etc.

Una vez que el peligro ha pasado, este sistema de alerta deja de funcionar y vuelve a la normalidad. Pero cuando una experiencia que puede implicar dolor, vergüenza, miedo, horror o pánico es abrumadora por su intensidad, puede ocurrir que el sistema nervioso no esté en condiciones de elaborar una respuesta de control. En consecuencia, el sistema de prevención y defensa se mantiene en estado de alerta permanente y, a partir de ese momento, la más pequeña situación que recuerde el hecho traumático dispara toda la batería de estímulos para reaccionar como si estuviera defendiéndose de la misma manera como lo hizo la primera vez. En esta situación, las reacciones se hacen inadecuadas y la persona puede quedar bloqueada, paralizada, indefensa.

En 1987, la psicóloga norteamericana, Francine Shapiro, observó por casualidad que los movimientos oculares en ciertas condiciones pueden reducir la intensidad de los pensamientos perturbantes. Esto fue el principio del desarrollo de este método terapéutico que utiliza la estimulación bilateral (visual, auditiva o kinestésica) para procesar recuerdos traumáticos, cambiar creencias autolimitantes y desensibilizar emociones y sensaciones negativas.

Existen investigaciones hechas sobre la eficacia de EMDR para reducir el Estrés Post Traumático que muestran el mantenimiento de la mejoría de los síntomas en el tiempo frente a otras intervenciones terapéuticas.

EMDR es un abordaje centrado en el paciente que permite que el terapeuta estimule los mecanismos de curación inherentes al propio sujeto. Pone en marcha un sistema de procesamiento de información del cerebro. El modelo EMDR toma en cuenta los componentes fisiológicos de las dificultades emocionales. El método de EMDR enfoca directamente estas sensaciones físicas además de las creencias negativas y estados emocionales de los síntomas que perturban al paciente.

http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2013/trauma_mental_health_20130806/es/

Esta publicación de la OMS textualmente dice:

Ante los afectados por el trastorno de estrés postraumático, debe considerarse la posibilidad de derivarlos para que reciban tratamiento avanzado, como por ejemplo terapia cognitivo-conductual o una nueva técnica conocida como desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR). Estas técnicas ayudan a las personas a atenuar los recuerdos vívidos, reiterados y no deseados de eventos traumáticos. Se recomienda una mayor capacitación y supervisión para ampliar las posibilidades de acceso a esos métodos.