La infancia te ha influido enormemente, pero también la adolescencia, la juventud, los últimos cinco años de tu vida, lo que te ocurrió ayer. Todo influye porque todo te hace aprender, y aprendes cada día de tu vida hasta que te mueres.
Si bien, la infancia es un periodo especialmente sensible a los aprendizajes, tu personalidad no se conforma en ella, sino día a día.
El ser humano es muy plástico. Hasta los aprendizajes que has hecho en las experiencias más negativas pueden ser modificados, incluso los que se remontan a la infancia.

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