Pues sinceramente, no. Pueden ser divertidos, angustiosos, interesantes, excitantes y hasta fascinantes. Pero no son mensajes que te das a ti mism@, ni son datos que nos sirven para la terapia, ni tienen una importancia especial. Cuando duermes ocurren una serie de cambios eléctricos en tu cerebro que hacen que mezclándose tus recuerdos, deseos, preocupaciones e imágenes se creen los sueños. Si despiertas en el momento preciso, eres capaz de recordarlos. Eso es todo. Ya sabes: los sueños, sueños son.