La IRA es la respuesta emocional activada por la interpretación de un acontecimiento de que está o puede estar presente una amenaza. Una vez desencadenada, la ira activa la respuesta de lucha o huida que prepara al cuerpo para la acción. Esta respuesta física va acompañada de un deseo de eliminar la fuente de amenaza.
Como todas las emociones, la ira puede existir en muchos niveles de intensidad diferentes. Lamentablemente, muchas personas no logran reconocer el fastidio, la irritación o el desagrado simplemente como ira de bajo nivel. Sólo piensan en la ira en términos de sus niveles de intensidad más elevados, como cólera. Debido a que acciones indeseables a menudo acompañan a las formas más intensas de ira, a menudo se la considera una emoción indeseable y negativa. No obstante, con frecuencia la ira es la fuerza impulsora que está detrás de muchas acciones positivas.
La ira está estrechamente relacionada con el miedo en que ambos son activados por una amenaza percibida y en que ambos activan la respuesta de lucha o huida. La ira produce un deseo de enfrentarse a la amenaza y eliminarla, mientras que el miedo produce un deseo de escapar de la amenaza o de evitarla.