ira-psicologia-ederki-pamplona

La IRA es la respuesta emocional activada por la interpretación de un acontecimiento de que está o puede estar presente una amenaza. Una vez desencadenada, la ira activa la respuesta de lucha o huida que prepara al cuerpo para la acción. Esta respuesta física va acompañada de un deseo de eliminar la fuente de amenaza.

Como todas las emociones, la ira puede existir en muchos niveles de intensidad diferentes. Lamentablemente, muchas personas no logran reconocer el fastidio, la irritación o el desagrado simplemente como ira de bajo nivel. Sólo piensan en la ira en términos de sus niveles de intensidad más elevados, como cólera. Debido a que acciones indeseables a menudo acompañan a las formas más intensas de ira, a menudo se la considera una emoción indeseable y negativa. No obstante, con frecuencia la ira es la fuerza impulsora que está detrás de muchas acciones positivas.

La ira está estrechamente relacionada con el miedo en que ambos son activados por una amenaza percibida y en que ambos activan la respuesta de lucha o huida. La ira produce un deseo de enfrentarse a la amenaza y eliminarla, mientras que el miedo produce un deseo de escapar de la amenaza o de evitarla.

La ira es una respuesta adecuada cuando existe una amenaza real. La acción que genera es adecuada cuando la acción produce la reducción o eliminación de la amenaza con la menor cantidad de molestia o de daño para uno/a mismo/a y los/las demás.

La ira puede ser inadecuada de dos maneras:
– Cuando se siente ira, aún cuando no existe una amenaza real.
– Cuando se siente ira en un nivel de intensidad demasiado alto para la amenaza que está presente.
La ira que se siente cuando no existe una amenaza real o en un nivel excesivamente alto en general es el resultado de un pensamiento irracional.

La tendencia a enfurecerse con facilidad es un comportamiento aprendido que ayuda a la gente a obtener poder social. La gente trata de evitar molestar a una persona con temperamento irritable, de modo que esta a menudo se sale con la suya. Al mismo tiempo, un temperamento irritable dificulta la posibilidad de tener relaciones sanas. La mayoría de la gente trata de evitar a una persona con temperamento irritable. Habitualmente esto disminuye la autoestima y aumenta la necesidad de control en la persona con un temperamento irritable. Esto puede causar otros tipos de comportamientos autofrustrantes.